lunes, 14 de mayo de 2007

Una con peces


Recuerdo un año que fuimos a Brazil. Al sur, para ir ajustando más la cosa. Alquilamos una barca y nos íbamos de playa en playa burlándonos de los ruidos del asfalto, los congestionamientos y los lugares libres para estacionar.


Habremos recorrido cuatro o cinco playas, una en una isla. La recuerdo muy chiquita y solo accesible por mar. Había veleros, gomones, lanchas, y nuestra barca de madera, barca de pescadores alquilada por un día a estos piratas amateures.


El agua era cristalina y los peces nadaban junto a nosotros. En una parte del trayecto hasta nos siguieron cuatro delfines (supongo serían más) o como se llamen en esa zona del Atlántico.


Frenábamos el bote a unos diez o veinte metros de la orilla y saltábamos al agua tibia. La mayoría nadaba hasta la playa, yo me quedaba buceando por debajo de la barca, emulando la gracia que de chico hacía mi bisabuelo en España para ganarse una moneda, y recién ahí nadaba hasta la arena blanquecina.


Obviamente: un restó playero, camarao o palito (camarones a la milanesa), casquiña de siri (cangrejo) y un succo de larangas o morango o abacaxi (jugo de naranjas, furtillas o ananá).


Después volvíamos al barco y zarpábamos en busca de una nueva aventura distendida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aguanten las playas brasileñas! Para cuando organizamos un viaje?

Liliana dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Liliana dijo...

Lamentablemente no puedo borrar lo que escribi, ya que me mande un error bastante grueso, puse combinación, con v y n, podras amigo Adolfo borrar mi comentario anterior???, y además el relato que me gusto fue el de Una noche.
Saludos,
Liliana

Chouhy dijo...

Borrado, y gracias por tus palabras.